En 2019, me invitaron a participar en el I Congreso nacional sobre atención victimológica en violencia de género y doméstica, en el Centro de Congresos de Elche. En dicho congreso, presenté la revisión de estudios Situación, necesidades y obstáculos de las víctimas de violencia intragénero en España. En un principio, esta información iba a estar incluida en el manual de identidades sexuales, pero el número de páginas era demasiado. Así que opté por publicar dicho estudio a parte. Para citarlo, se recomienda:

Catalán, M. (2019). Situación, necesidades y obstáculos de las víctimas de violencia intragénero en España. Estudio presentado en I Congreso nacional sobre atención victimológica en violencia de género y doméstica. Centro de Congresos, Elche.

Para quién esté interesado en esta revisión, se la puede descargar aquí.

La violencia intragénero es aquella que en sus diferentes formas se produce en el seno de relaciones afectivas y sexuales entre personas con la misma identidad de sexo, constituyendo un ejercicio de poder y siendo el objetivo de la persona que abusa dominar y controlar a su víctima. La violencia intragénero puede darse física, material, psicológica o sexualmente (Island & Letellier, 2013; Reyes, Rodríguez & Malavé, 2005; Rodríguez-Madera & Toro-Alfonso, 2004), puntualmente o dentro de un ciclo de la violencia con las fases de tensión, abuso-agresión y luna de miel (Rodríguez Otero & Rodríguez Castro, 2017). Las personas pueden no ser conscientes de que están siendo víctimas de violencia y tener cierta dificultad para identificar a su pareja como agresor, siendo el aislamiento y la homofobia aspectos centrales de la experiencia de maltrato y aumentando la dificultad para pedir ayuda (Bornstein et al., 2006).

La violencia en pareja puede causar aislamiento social, abuso psicológico, emocional, físico, sexual y económico en la víctima, siendo específicas de la violencia en parejas del mismo sexo, el abuso sobre la identidad sexual y el outing (Richards, Noret & Rivers, 2003). Las víctimas de violencia intragénero pueden tener altos niveles de dependencia de sus parejas, celos, desequilibrio de poder y sentimientos de angustia, hostigamiento e insatisfacción con la relación (Rezetti, 1992; Renzetti & Miley, 2014) y pueden sufrir ansiedad, depresión, miedo crónico, sentimientos de incompetencia, sentimientos de indefensión, ideación suicida, pensamientos negativos intrusivos, tensión, dolores de cabeza, heridas, huesos rotos, trastorno por estrés postraumático, disfunciones sexuales, enfermedades de transmisión sexual derivadas de abuso sexual y reducción de la capacidad laboral y productiva, entre otras (Ortega López, 2014) llegando a la muerte (Mize, Shackelford & Shackelford, 2008).

Esta violencia ha sido poco estudiada en España (para ver ejemplos, Cantera & Blanch, 2010; Cantera & Gamero, 2007; Carratalá, 2016; Reina, 2010; Ronzón-Tirado, Rey Yedra & González-Flores, 2017). Dentro de los pocos estudios publicados, existen algunos interesantes como la tesis doctoral de Antonio Ortega López sobre la “agresión en parejas homosexuales en España y Argentina: prevalencias y heterosexismo” (2015) que aportan mucho a la comprensión de la violencia intragénero en el panorama español o “Percepción de la violencia intragénero por profesionales del ámbito social en Ourense” de Rodríguez Otero (2015). La revisión sistemática de Rodríguez Otero y Rodríguez Castro (2017) también es digna de mención ya que complimenta la revisión de Richard, Noret y Rivers (2003). En otros países de habla hispana, se han publicado tesis y estudios, como en Chile (Marín, 2009; Ortiz & Morales, 2011) o en México (Rodríguez & Lara, 2016).

Un estereotipo que no ayuda a la visibilización de la violencia intragénero es pensar que la violencia solo se da en parejas formadas por hombre y mujer (Renzetti, 1994; Renzetti & Miley, 1996). Esto es incorrecto, ya que la violencia también puede estar presente en las relaciones de personas del mismo sexo, sean estas hombres o mujeres (Bartholomew, Regan, Oram & White, 2008; Burke & Follingstad, 1999; Burke, Jordan & Owen, 2002; Turell, 2000), pudiendo ser sufrida por personas gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. El miedo de las víctimas a denunciar por temor a sufrir discriminación por parte de la policía o porque el agresor amenaza con sacar del armario a la víctima, no facilita que se visibilice la violencia intragénero (Goldfried, 2001).